Las pautas habituales, rutinas, tareas están siendo revisadas o modificadas y re adaptadas. Hemos descubierto que lo que hacíamos no basta para atender el desafío que tenemos ante nosotros. Además, se nos plantea tiempo para estar en familia o recreando encuentros y para tener presente a los que más necesitan y cómo los atendemos. La urgencia de la toma de decisiones para lo que no pudo ser planificado hace brotar la tentación de definirlo en soledad y con rapidez, a pesar de saber que en las empresas familiares exitosas se acciona con información compartida y a través de conversaciones. Hoy, los dueños, propietarios y sus hijos (los más involucrados con la Empresa) se encuentran “atajando penales”, re adaptando la operación de la empresa, re organizando logísticas, empleados… y sobre todo pensando en cómo toda esta nueva realidad impacta el negocio familiar. Entonces, así como las empresas más profesionalizadas conforman “Comités de crisis” para ir administrando las demandas de la organización y el entorno, las empresas familiares deberán conformar su “Mesa dueños”, colaboradores y profesionales de su confianza para asesorarlos en relación a: Y en paralelo, como si todo lo anterior fuera “poco”, el propietario, el fundador que está hoy en plena actividad convive (o no) con una serie de interrogantes que tarde o temprano deberá atender: Todo merece ser reflexionado con tiempo y dedicación. Con acompañamiento específico a los propietarios y sus familias, considerando en dónde se encuentran hoy y hacia dónde quieren ir, respetando cómo es “su propia” manera de hacer las cosas, cuáles son los roles que cada uno desarrolla, lo que puede aportar. No es sencillo. Pero les proponemos intentarlo… Y desde TRAMAS, como siempre, estamos cerca y a disposición para escucharlos y asistirlos
